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20 de diciembre de 2013

Y EL CAMINO SIGUE Y SIGUE (1)... (EL HOBBIT: LA DESOLACIÓN DE SMAUG)


Ya está entre nosotros la segunda parte de la trilogía que narra las aventuras de nuestro querido hobbit, Bilbo Bolsón, junto a Thorin Escudo de Roble y su séquito de enanos. Tras atravesar las Montañas Nubladas, el grupo se dispone a adentrarse en el otrora espléndido pero ahora enfermo Bosque Negro, siguiendo su camino hacia Erebor al encuentro de Smaug el Terrible.


La Desolación de Smaug



UNA TIERRA MEDIA MÁS OSCURA
Este cambio de carácter, ligero pero apreciable, se pone de manifiesto en una utilización del humor más sutil que en la primera parte, que a la postre acaba siendo más efectivo. El recurso cómico de la 'casualidad', de estilo de dibujos animados como la caída de los enanos escapando de Goblin Town en Un Viaje Inesperado, sigue estando presente y la genial escena de Bombur en la huída en los barriles, sirve como ejemplo. Pero en esta ocasión me han dejado mejor sabor de boca, quizá por ser menos habituales. A cambio, se pierde un poco la sensación de cuento, aunque no del todo afortunadamente.

Hay que decir que tras las primeras escenas, uno se teme lo peor: y es que un personaje tan querido por todos como lo es Beorn el cambiapieles, recibe un tiempo de pantalla muy, muy escaso, lo que hace temer por el resto de la película. A la espera de la versión extendida, al menos, ya que no me extrañaría que disfrutásemos de más metraje con Beorn de protagonista.  Eso sí, su caracterización es sencillamente perfecta, especialmente cuando se muestra en todo su esplendor con su forma de oso. 

A partir de ahí, la cinta coge ritmo y se suceden de escenas muy bien enlazadas, corrigiendo ciertos cambios de tensión demasiado bruscos que se daban en la primera parte. En esta ocasión, Peter Jackson ha conseguido equilibrar el ritmo durante toda la película, convirtiéndolo en una sucesión de aventuras con buenas escenas de acción (la huida en los barriles es una de las mejores escenas de toda la película) pero también sabiendo mantener un desarrollo ágil en las tramas menos movidas. 


Sin entrar en detalles concretos de la trama, que no es lo que busco con este análisis, puede decirse que en general y salvo algunos puntos no demasiado escandalosos, se trata de una historia contada con relativa coherencia con respecto a la obra original, pero lo que me parece más importante, con coherencia con la saga cinematográfica.



Gandalf encontrará una sorpresa en Dol Guldur...


No por ello está exento de errores de bulto, como lo es sin duda el pseudo romance entre una elfo del bosque negro y el enano Kili, que resulta totalmente prescindible y supone un incomprensible punto negro en la adaptación que no encaja ni a golpes.


La BSO sigue la línea ya tradicional en la saga, sin desentonar, con la calidad a la que nos tienen acostumbrados. Las nuevas melodías están a la altura de las circu
nstancias, aunque no hay ningún momento al nivel de The Song of the Lonely Mountain de la primera parte.

El reparto

De la misma forma, en La Desolación de Smaug volvemos a ver unas actuaciones dignas de mención, encabezadas sin lugar a dudas por Martin Freeman que vuelve a ser Bilbo Bolsón. Richard Armitage (Thorin) se muestra tan convincente como en la primera parte, y si bien el resto de enanos tienen menos peso en la historia (con salvedades), en general cumplen de sobra con su función. Por su parte, el gran Ian McKellen vuelve a deleitarnos con su interpretación de ese viejo mago gris cascarrabias.

Entre las nuevas incorporaciones, quisiera destacar a Lee Pace como el Rey Thranduil, que me parece uno de los 'mejores' elfos de la saga cinematográfica (con un soberbio vestuario, todo sea dicho). Luke Evans pasa con éxito el examen de interpretar a Bardo, aunque lo hace con un perfil algo cambiado respecto a la versión literaria.

Smaug, es sin duda el gran protagonista de la segunda mitad del film. A falta de ver la película en VO para comprobar las bondades que se comentan de su voz (a cargo de Benedict Cumberbatch, compañero de Martin Freeman en la serie inglesa 'Sherlock'), su conversación con Bilbo es claramente una de las escenas top de la película, como ya lo fuera la conversación entre Bilbo y Gollum en la primera parte. Por ser quisquillosos con el espectacular diseño del Dragón, hay que decir que Tolkien lo dibujó con brazos separados de las alas, mientras que aquí los han fusionado.



Bilbo vuelve a protagonizar una de las mejores escenas de la película
Legolas, otro de los habituales de la saga, sirve poco más que para unas escenas de acción del 'superelfo', pero no desentona. Quizá queda eclipsado por Tauriel, una elfo del bosque que Peter Jackson se ha sacado de la manga y que en mi opinión, aporta coherencia a la sociedad élfica de Bosque Negro... aunque por otra parte, viene de la mano de una de las licencias más controvertidas que se ha tomado el film: su forzado pseudo-romance con Kili, que no sólo resulta poco creíble y palomitera a más no poder, sino que supone una indirecta contradicción con respecto a la amistad entre Legolas y Gimli.


Un mundo vivo
Hay que destacar nuevamente la ambientación. Los creadores han sabido dar con un carácter muy particular para su visión de la Tierra Media, y cada nueva película no es más que una nueva muestra de la coherencia del conjunto y el buen hacer en cada detalle. El oscuro y agobiante Bosque Negro, el enmarañado Reino Élfico del Bosque perfectamente integrado entre la naturaleza, las tétricas ruinas de Dol Guldur o la impresionante Montaña Solitaria, todos son escenarios elaborados con mimo y gusto. Han conseguido hacer creíble la Tierra Media, a sus habitantes, a sus criaturas y además, dotar a sus escenarios de 'historia'. No se le puede poner ni un solo pero, tal y como viene siendo habitual en la saga.

Erebor, la montaña solitaria
Quizá sea herencia del trabajo inicial de Guillermo del Toro, pero sea como fuere, en esta nueva entrega, salta a la vista un toque algo más siniestro en las ambientaciones. Dejando algo de lado el toque de aventura más simplista que El Hobbit supone respecto al relato épico de El Señor de los Anillos, esta segunda parte de la trilogía retoma un tono más épico, cercano a lo que ya vimos en la trilogía que narra las aventuras de la Compañía del Anillo. 

Y ahora, a esperar
Teniendo en cuenta que los grandes climax de la saga los han dejado para la última película, se presume que el cierre con There and Back Again será épico. Ahí estaremos para verlo

Lo mejor

- La ambientación: La Tierra Media vuelve a cobrar vida.
- La sub-trama del Nigromante, con Gandalf en Dol Guldur.
- Martin Freeman en su papel de Bilbo.
- Smaug impresiona!
- En general, posee un ritmo más fluido que Un Viaje Inesperado.

Lo peor

- El pseudo-romance de Kili con Tauriel, la elfo silvana.
- ¿Por qué no van todos los enanos juntos a Erebor? :-(
- Ese coitus interruptus que supone el final
- ¿¿Orcos corriendo a pleno sol??

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