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13 de mayo de 2011

APOLOGÍA DE LA DEMOCRACIA

Es curioso el revuelo que se ha montado alrededor del ex-preso y el cartel en el que muestra su apoyo a Bildu, al socialismo y a la independencia. Se ha llegado a decir estupideces tales como que se trata de la prueba definitiva que muestra que la mano de ETA está tras Bildu, porque en la pancarta aparece la palabra 'eta' (en concreto 'independentzia eta sozialismoa', así que ya me diréis qué relación puede haber entre una conjunción y ETA salvo que en euskera, ETA se traduce como Y)...


Pero dejando de lado esta chorrada de proporciones bíblicas, parece que ha dolido y mucho que el expreso saliera pidiendo el voto a Bildu. Y digo yo... menos mal que ha pedido el voto a un partido y no la cabeza de algún concejal! Porque si analizamos fríamente la historia tenemos que un ciudadano, que ha estado preso durante 25 años cumpliendo condena por delitos de terrorismo, sale de la cárcel y pide el voto por una formación democrática. Una coalición formada por partidos de larga trayectoria democrática (EA y una escisión de IU-EB) y por un conjunto de ciudadanos a los que no se les ha permitido participar como Sortu, aún a pesar de cumplir la ley de partidos y condenar la violencia.

Para empezar, lo que diga ese preso es irrelevante para la legalidad de la formación. Hay que recordar que se trata de un ciudadano perfectamente legal que ya ha cumplido su condena, y que tiene todo el derecho del mundo a salir con la pancarta con la que le de la gana. Además, ¿no es todo un logro que pida el voto a una formación democrática? ¿no es acaso lo que se le lleva exigiendo a la izquierda abertzale desde tiempos inmemoriales, aún sin que los que tanto piden cumplan su parte?

Habrá que esperar al 22M para saber las consecuencias de esta campaña anti-Bildu orquestada desde los medios más reaccionarios del estado (la gaceta-intereconomía / el mundo / la razón / abc...). A nadie se le escapa que las consecuencias de tanto ataque pueden ser unos resultados electorales espectaculares. El precedente está ahí, cuando ERC obtuvo sus mejores resultados desde los tiempos de la república (aunque lejos del número de escaños que obtenía) coincidiendo con la época en la que desde Madrid se satanizaba a su líder, Carod Rovira. En esta ocasión, el 'susto' para algunos va a ser bastante mayor.

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