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20 de enero de 2011

ELLIOTT MURPHY: LA ELEGANCIA HECHA ROCK

Hablar de Elliott Murphy es hacerlo de uno de los clásicos incombustibles del rock clásico de raíces norteamericanas. Con más de 20 discos de estudio a sus espaldas, además de directos, recopilatorios y algún que otro libro, su música es historia viva. Y como cada año, se pasó por Bilbao para deleitar a los que no fallamos a la cita.
Sinceridad y pasión por la música

Reconozco que hace unos pocos años, no conocía a Elliott Murphy ni por el nombre. Es cierto que el neoyorkino afincado en París no se prodiga mucho en marketing. Es uno de esos obreros del rock que se ha pasado la vida haciendo lo que sabe hacer: música sincera y auténtica. Por eso quizá su nombre no aparezca en las primeras planas de los grandes medios de comunicación, siempre ha elegido el lado 'currante' de la música en lugar de vivir parasitariamente de las rentas, dejando las grandes discográficas a otros. Así pues, estaré eternamente agradecido a la persona que me los descubrió (gracias otra vez!). Desde entonces, no he faltado a la cita anual con el artista y su compañero habitual, el francés Olivier Durand.

La pareja en Bilbao
El dúo se presentó en Bilbao el pasado domingo 16 de enero, siguiendo con su tradicional concierto de principios de año: un escenario simple, humilde, con dos músicos como la copa de un pino portando sendas guitarras y una sensación familiar que envuelve.

Como siempre, el dúo estuvo a una gran altura tanto en lo musical como en la comunicación con el público. La guitarra de Elliott llevaba generalmente el peso rítmico de las canciones, mientras que el francés Olivier Durand ponía la nota de color sacando a sus seis cuerdas una variedad de sonidos difícil de creer, un sonido en ocasiones más eléctrico y en otras más acústico, pero siempre con bonitas melodías. Es un placer observar a los dos guitarristas mano a mano, punteando con clase y elegancia, y haciendo que claves los ojos en sus manos esperando sentir también visualmente esa agradable sensación que producen las notas musicales.

El dúo sacando fuego a sus cuerdas
El concierto fue un homenaje al rock, al blues, al folk americano y a la música en general. A lo largo del set list se sucedieron clásicos como "Last of the Rock Stars", "Diamonds by the yard" o ese tema que compuso a las orillas del Nervión en Bilbao, "Green river", además de presentar algunos de los temas que dan forma a su nuevo disco como "You don't need to be more than yourself" o "Rain, rain, rain". Pero en un concierto de Elliott casi da igual qué canciones toque: en cuanto entras y le ves aparecer en escena se te dibuja una sonrisa en la cara que no desaparece hasta bien acabado el concierto. Su música gustará a todos los amantes del rock en cualquiera de sus vertientes, porque destila sinceridad y autenticidad.

Tras dos horas de concierto y unos merecidísimos aplausos, el dúo se despidió. Y nosotros, con la satisfacción de haber podido presenciar otro magnífico concierto, abandonamos la sala pensando en que no faltaremos a la siguiente.


Hasta la próxima!

Gracias Elliott, eres un grande.

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